sábado, 6 de febrero de 2010

56

Y después: pala. Suena inútil en el aire, y tal vez sea así, pero lo mismo un remo en tierra, ¿cuántos hay de estos que se arrumban junto a botes a los cuales cubre el polvo, en lugar de agua, como debiera ser, si se hubiesen hundido como debe?

55

Por un pelo se salvó el pichón, se le vino encima una flota de cuervos, que venía huyendo de una voz, que tronaba desde arriba, pero no era dios, sino otro más potente, que ocupaba su lugar.

54

Extrema fricción quema al poema, toda vez que fue pegado a la trompa de un avión, o en un ángulo sensible de un ala, con la salvedad de que la nave no se incendia, no cae envuelta en llamas, de lo que surge una pregunta, ¿quién de los dos es más fuerte?

53

En la crónica del cielo, rutas que se cruzan, conciben hijos que parecen rocas, y de este modo, las aves contribuyen a su propia caída, de allí que confundan, destino y desatino.

52

Por virtud de un golpe maestro, el puño atraviesa el esternón de lado a  lado, aparece por la espalda. y luego se retira, regresa a su posición de descanso, lo mismo que el pecho, que vuelve a unir sus partes, ahora en torno a un hueco, por donde pasa el aire.

51

El cosmopolio, ese espacio en disputa entre el pájaro y el matapájaros, se llena de desgracia y canto en forma alternativa, y a veces el canto es la desgracia, y quien huye del cielo no huye nada.

50

Y aquí comienza: el llanto por el cosmopolio. Medio tarde, entre brumas, arranca el canto amargo, no por la tristeza, sino por la pasta que el dentista usó para pegar los dientes, y el silbo ahora entonces se puede mandar, porque antes, el hueco de encía a encía, hacía fracasar su emisión.

jueves, 4 de febrero de 2010

49

Desesperación contra un árbol: cae un huevo, y se parte en lac frente.

48

Y ya se comienza a desesperar, no se cumplen los pasos que se pactaron, el imago se congeló en el preciso momento de su despegue, las naves se mostraron lentas como artilugios a pedal, el clamor que resuena en la memoria es resabio de un acontecimiento ajeno, el aire que se respira ya fue usado por todos los que vinieron atrás.

47

Entre el avión y el cráter que deja,  el nido apenas  se mantiene, la carga lo inclina hacia el fondo, al centro.

46

El nido ya no hay madre allí, la paja una pena, la cáscara del huevo, la infancia del cero.

45

Y el pichón, corrido a pedradas, por los autores más conspicuos, puro canto rodado.

44

Pero la prosa, la ficción en prosa, la prosa a granel, las carradas de prosa, el trabajo en la prosa, los martillos dándole a la prosa, la prosa atlética, o la prosa esquellética, o la prosa analítica, llena de piedras, la prosa como una montaña.

43

Si dijese, "aquel que sirve para hacer tal cosa, o tal otra", dirían que hay algo que no es fácil retener, y que se escapa por el sólo hecho de que la prosa, no sólo que sufrió un proceso de ahuecamiento, sino que el piso pulido hace patinar y expulsa.

42

En los huesos huecos está el secreto, no es el ahueca-huesos para hacer flautas.

41

Pero, referido a un híbrido que vuela, a ojo, sin instrumentos, sin sustento aparente, se lanza, vaya uno a saber.

40

Es un reloj ambulante, impreciso, del otro siglo, bien entrado atrás, de la mitad para abajo.