Halcones se hacen viejos, pierden velocidad, tiemblan, yerran, pierden la presa, se clavan de pico, todo ante los ojos del pichón, monstruo de piel lisa, anciano como nadie; en el nido va a morir, si es que algo no agita el árbol, a lo mejor una sierra, de pasar por allí la tala.
walser y wapner
ResponderEliminarbello poema que se quema
en el mejor sentido, ambas líneas
ResponderEliminarDavid querido: terrible agujero has escrito por donde circula el viento que alimenta la llama arada.
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